SEQUIA Y AGUA EN CHILE. I. EL CLIMA

 (Autores: Susan Smith P.  y  Juan F. Silva)

Hemos organizado este tema en dos entradas: primero ilustraremos brevemente los factores determinantes, y revisaremos el clima y sus variaciones espacio-temporales. En una segunda entrada discutiremos los determinantes socio-económicos: la gestión y el consumo y revisaremos posibles soluciones a la crisis.

Chile vive una etapa de conmoción social, que se origina en las enormes desigualdades sociales y económicas que caracterizan a su población. En este contexto socioeconómico, queremos destacar el tema del agua, de la que depende la seguridad hídrica. En estos términos, Chile es considerado particularmente vulnerable a los efectos del cambio climático. Además del componente socioeconómico y político, el agua tiene también un componente natural.

 

(diagrama original, elaborado por Sustentabilidad y Desarrollo Ltd)

(Ilustración original de Sustentabilidad y Desarrollo Ltd)

 

La disponibilidad y la calidad del recurso agua tiene varios determinantes, algunos físico-naturales como el clima y la hidrología, otros socio-económicos como la gestión y el consumo (ver diagrama). Esto configura un sistema hídrico complejo. Los efectos de estos determinantes no son aislados, sino que interactuan. Para garantizar la sustentabilidad del recurso, se requiere que la gestión y el consumo se adecúen a las circunstancias del clima y la hidrología. Los determinantes varían en el tiempo y en el espacio y por tanto deberán considerarse en ambas dimensiones.

VARIACION EN EL ESPACIO

En Chile, el recurso agua está muy desigualmente distribuido en el territorio: el norte es seco (menos de 500 m3/habitante/año), el sur es muy húmedo (160.000 m3/habitante/año). Esto es consecuencia de los contrastes climáticos del territorio que se traduce en grandes diferencias ecológicas, reflejadas en la cubierta vegetal.

VARIACION EN EL TIEMPO: LA SEQUÍA

Las precipitaciones, que representan la fuente natural de abastecimiento, presentan variaciones en el transcurso del año y entre años (interanual). Efectivamente en Chile predominan las precipitaciones en invierno (característica del clima mediterráneo), estación en la que se recargan las reservas. Pero además, las lluvias presentan importantes variaciones año a año. En la actualidad vivimos una crisis del agua desatada por el comportamiento del clima, en parte consecuencia del Cambio Climático y el calentamiento del planeta, y en parte consecuencia de otros procesos meteorológicos y de circulación atmosférica. En consecuencia el país está atravesando por un período de sequía pronunciado, que ha sido llamado «megasequía».

En buena parte del país, sobretodo en al norte, las lluvias anuales han sido menores del promedio durante los últimos once años, situación inédita. Esto ha obligado a las autoridades a decretar escasez hídrica en 126 comunas y a declarar la emergencía agrícola en 119 municipios. La falta de lluvias incide en la disponibilidad del recurso en el futuro inmediato, toda vez que los caudales están disminuyendo en forma notable; y ya de hecho está causando una gran mortalidad de ganado y la pérdida de las cosechas en varias localidades del país.

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En esta gráfica, modificada del original de la Dirección General de Aguas de Chile, se pueden observar los déficits de precipitación de cinco regiones del centro del país, en la lluvia total del mes de agosto 2019 (comparado con el promedio 1981-2010).

Si bien es cierto que las lluvias pueden volver, y probablemente lo harán, el futuro está marcado por la tendencia a la sequía desde mediados del siglo pasado. Por tanto, se impone adaptarse a la idea de que en pocas décadas la situación de una buena parte del país será de hiperaridez. Adaptarse a esta situación tiene que ver con la gestión del recurso.

AGUA Y BIODIVERSIDAD

El suministro de agua es esencial para el mantenimiento de los ecosistemas. En Chile Central, con características de clima mediterraneo existen un conjunto de ecosistemas que funcionan con niveles bajos de suministro hídrico, son ecosistemas semiáridos. Los servicios que prestan estos ecosistemas y su biodiversidad se mantienen en base a este suministro. De reducirse sensiblemente por tiempo prolongado, los ecosistemas experimentarán grandes cambios, pasando de ser semiáridos a ser hiperáridos. La desertificación avanzará desde el norte hacia el centro y estos cambios afectarán de manera significativa su biodiversidad y su funcionamiento.

La alta demanda de agua por las actividades productivas humanas está reduciendo de manera notable el balance hídrico de los ecosistemas y de continuar el desbalance entre la demanda y la disponibilidad generará efectos adversos irreversibles.

Por tanto, en las posibles soluciones a la «Brecha Hídrica» deben entrar en consideración los requerimientos hídricos de los ecosistemas. De hecho, la sobredemanda ha afectado ya a un elevado número de acuíferos, con más de un centenar de estos reservorios con una demanda comprometida muy superior a su recarga.

En la siguiente entrada titulada Sequía y Agua en Chile: II. Gestión y Consumo, discutiremos estos determinantes y algunas posibles soluciones a la crisis del agua.

REFERENCIAS

Escenarios Hídricos 2030- EH2030. (2019). Transición Hídrica: El futuro del agua en Chile. Fundación Chile, Santiago, Chile.

Escenarios Hídricos 2030. (2018). Radiografía del Agua: Brecha y Riesgo Hídrico en Chile. Fundación Chile, Santiago, Chile.

Mega Sequía Actualidad Territorial, 30-10-19, 15:17. https://www.bcn.cl/siit/actualidad-territorial/mega_sequia

 

 

 

 

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  1. SEQUIA Y AGUA EN CHILE. II. GESTION Y CONSUMO DEL AGUA | Sustentabilidad y Desarrollo

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